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LA COSTUMBRE NO LO HACE NORMAL

Fue una decisión libre

Carolina* es una joven que estudió hasta tercero básico y que a los 15 años decidió con su novio ir a vivir juntos; en ese entonces él ya tenía 18 y asegura que lo hicieron sin presiones, “fue una decisión libre” y sin estar embarazada. Un año y medio después está a pocos días de ser madre de su primer hijo.

Carolina* vive en Aguacatán, municipio de Huehuetenango, se dedica a los quehaceres del hogar, cuenta que viven en la casa de su madre con quien tienen buenas relaciones. Su marido trabaja como albañil pero también estudia perito en administración de empresas, él espera que con una profesión pueda mejorar la economía familiar.

“Nunca antes había recibido información sobre los temas de derechos reproductivos y sexuales o sobre el embarazo a temprana edad”, dice Carolina*, “estoy repitiendo exactamente lo que hizo mi madre a la misma edad, quien tuvo su primer bebé a los 16”. Comenta que tiene una prima muy cercana a ella que está en la misma situación, es menor de edad, se casó recientemente y también está embarazada.

Patrones culturales ancestrales

En el municipio de Aguacatán es muy común ver casos de embarazo en adolescentes por la privación de educación e información, es una opción “viable” y fácil para iniciar una familia y vivir haciendo las tareas de la casa como se les ha enseñado. Usualmente las adolescentes de 14 años ya tienen relaciones sexuales, muchas quedan embarazadas y otras incluso ya están casadas para esa edad. Hay áreas rurales en donde las niñas aún son vendidas, se arregla el casamiento por una cierta cantidad de dinero: un joven va y le dice a los padres de la muchacha que le gusta su hija, éstos escuchan la propuesta y sólo aceptan si las condiciones de la transacción les parecen favorables.

Un problema posterior es la cantidad de hijos que tienen las mujeres en las aldeas. Según datos del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva - OSAR, se registraron durante el 2014 en el departamento de Huehuetenango 382 casos de embarazos en niñas entre los 10 y 14 años; en el 2015 ese número aumentó, ya que hasta agosto se había sobrepasado el total del año anterior con 413 embarazos en el mismo rango de edad, algo realmente preocupante.

En el centro urbano de Aguacatán predomina la gente ladina, mientras que en las aldeas rurales son en su mayoría indígenas de los cuales una gran cantidad viven en pobreza y carentes de educación; a pesar de eso, la problemática del embarazo en adolescentes se da en ambos lugares. En el área urbana los embarazos se dan como consecuencia de la desintegración familiar, en muchos de los casos por la migración de los padres de familia a Estados Unidos; es muy común que los jóvenes sólo se unan, pero también se dan bastantes casos en los que los novios, después de enterarse del embarazo, simplemente desaparecen para no responder por la novia y el futuro hijo.

Para concertar un matrimonio en el área rural, son tres reuniones las que se hacen: la primera en la que se pide la mano; la segunda para los arreglos del intercambio monetario; y la tercera para fijar las fechas de la boda, que se celebra en un altar de la preferencia de la familia, según sus creencias religiosas.

Uno de los desafíos es la multiculturalidad

Mariluz tiene un año de haberse unido a Paz Joven, dice que ha sido una experiencia maravillosa trabajar con jóvenes, en especial porque no se había enterado antes de programas como éste, “el matrimonio a temprana edad es algo crítico por la falta de madurez para tomar las decisiones correctas y porque se asumen compromisos, además se pierde la juventud”. La violencia intrafamiliar es común en las aldeas, la mujer se debe quedar en casa sin estudiar, mientras que el hombre tiene total libertad. De los hombres que emigran a los Estados Unidos, la mayoría no regresa, entonces las mujeres se tienen que encargar por completo de la familia y con escasos recursos, ya que no fueron preparadas para sostener un hogar.

Acerca de las actividades que realiza Paz Joven, comenta Mariluz que en el grupo hay unas 20 mujeres y 10 hombres. Cuando se hacen las “réplicas” que son los talleres informativos, los jóvenes que viven en áreas rurales son más cohibidos y les da pena hablar, lo cual limita su participación, a diferencia de las y los adolescentes que viven en la zona urbana, que están más informados y abiertos a recibir los temas. En estas capacitaciones siempre motivan a los adolescentes a que disfruten su juventud, se les dice que no se desesperen y que no adelanten las cosas, porque todo tiene su tiempo, que no dejen los estudios y que sigan sus sueños. También se les hace saber que pueden contar con el apoyo de Paz Joven. “Cuando me reúno con familiares y amistades, a veces tocan el tema sobre derechos sexuales y yo les informo, de suerte nadie ha resultado embarazada hasta la fecha” concluye.

Floridalma también participa con Paz Joven desde hace dos años, su trabajo es dar réplicas de lo que ha aprendido en los institutos, en donde los jóvenes a veces hacen ver sus inquietudes con respecto a sus derechos sexuales y reproductivos, y cómo prevenir los embarazos y el VIH.

Para la campaña “18 SÍ 14 NO”, cuenta Floridalma que realizaron una actividad muy llamativa en el parque, con la que atraían a jóvenes y adultos por medio de juegos, daban información sobre los beneficios de las reformas a la Ley para poner como límite mínimo los 18 años de edad para casarse. En el evento había música, globos, juegos y premios, lo que lo hizo atractivo, y se consiguieron muchas firmas que posteriormente se presentaron en el Congreso de la República, aunque fue evidente el desacuerdo entre personas del área rural porque era un cambio en contra de sus costumbres. Uno de los desafíos para Paz Joven en Aguacatán es la multiculturalidad, ya que en esta región se hablan 3 idiomas mayas y el español, “aunque eso no nos detiene ya que dentro de nuestro grupo contamos con voluntarias y voluntarios que hablan alguno de estos idiomas, lo que ha ayudado a llevar el mensaje a más personas”.

Aún así quiero cumplir mi meta

Carolina* aún no ha abandonado su sueño de estudiar perito contador, una meta que espera cumplir algún día. También afirma que no está arrepentida por la decisión que tomó de iniciar una familia a tan corta edad, aunque aconseja a los jóvenes que antes de dar ese paso lo piensen muy bien, ya que no es nada fácil y no hay marcha atrás; en ese momento deja de hablar, el bebé se mueve, patea dentro de su vientre y lo acaricia, con la ilusión de tenerlo pronto en sus brazos.

La alianza

Paz Joven es una organización de jóvenes para jóvenes con presencia en 25 municipios de Guatemala llamados capítulos municipales y tiene una alianza con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia - UNICEF desde 2010, con el objetivo abrir espacios de análisis, investigación, sensibilización y generación de propuestas innovadoras sobre los problemas que afectan a la adolescencia y juventud en temas de educación integral en sexualidad, VIH-SIDA, prevención de embarazos en adolescentes, incidencia política y participación.

UNICEF trabaja en Guatemala y en más de 190 países alrededor del mundo para velar porque se protejan los derechos fundamentales de la niñez y adolescencia.

*Nombres ficticios.

Mira cómo está la participación de los jóvenes para un cambio social a través de los números.
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