Kevyn Rodríguez, joven jugador del equipo Don Bosco, F.C. y trabajador de primera línea de salud, tuvo la oportunidad de ser vacunado con las 2 dosis de la vacuna AstraZeneca para enfrentar sin complicaciones el COVID-19.
La vacuna AstraZeneca fue donada al Gobierno de Guatemala. Según la OMS esta vacuna tiene un 63% de efectividad contra los síntomas del COVID-19, sin embargo, dentro de sus recomendaciones está que no sea aplicada a menores de 18 años. Entonces, siendo Kevyn un joven de 26 años ¿Cómo fue su experiencia?
“Ser uno de los primeros jóvenes vacunados y me siento privilegiado por haber recibido las 2 dosis, ya que sé cual es la ruta de vacunación y la importancia de esta para nuestra población.”
Para Kevyn el proceso de preparación consistía únicamente en mantener la calma. Algo que lo ayudó mucho fue meditar una noche antes sobre lo que iba a pasar durante la vacunación y confiar en los servidores de salud. También, siendo un joven preparado, antes de la vacunación compró un blíster de acetaminofén para disminuir los efectos secundarios que podrían surgir.
“Se no fue notificado cuales era los posibles efectos secundarios que podrían tener la vacuna. Pero, al final de cuentas, a ciencia cierta no se sabe cómo reacciona el cuerpo de cada persona.”
Al final, Kevyn no experimentó ningún efecto secundario grave en las 2 dosis, solo un poco de cansancio. Y intentó no darle tanto sentimiento a la situación, o hacer un ritual en la primera dosis, mucho menos para la segunda.
Entonces, ¿Tus defensas estaban fuertes y listas como en los partidos de fútbol?
“Sí parando todos los goles, no como las defensas del Barcelona. Pero sí resultaron ser muy buenas defensas, las puse a prueba y están buenas”.
La pandemia del COVID-19 ha afectado en muchas maneras a adolescentes y jóvenes generando dificultades económicas, políticas y emocionales. A todos esto, debe sumarse la restricción de movilidad, atención, recreación y educación lo que deja a miles de adolescentes y jóvenes en situaciones vulnerables para su futuro.
“Creo que la vacuna nos ha traído bastantes beneficios pero también nos está afectando. Por ejemplo, los medios de comunicación ya no cubren con tanta relevancia la información de casos, unos países tienen abiertas sus fronteras y algunos han logrado que la mascarilla no sea obligatoria, y cada vez más vemos en redes sociales publicaciones de cómo todo vuelve a la “normalidad” pero ese no es el caso de Guatemala”.
Kevyn entiende que una de las necesidades más grandes para la juventud actualmente es afrontar la realidad económica que viven sus familias y buscar trabajo para apoyar a sus seres queridos, dejando de lado la prevención del COVID-19 y la vacunación.
“He escuchado a muchos adolescentes y jóvenes no darle importancia a la vacuna contra el COVID-19 porque saben que no son la prioridad en el plan de vacunación nacional”.
Sin embargo, para Kevyn, hay otras formas en la que adolescentes y jóvenes pueden actuar como una pieza clave en este periodo de vacunación y es: comunicando, participando en campañas, divulgando información verídica sobre la vacuna sobre todo en el área rural donde hay más necesidad de promoción.
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