En Guatemala la comunidad LGBTIQ+ ha existido y resistido las agresiones sistemáticas que el estado y las ideologías conservadoras han implantado.
Diferentes movimientos han hecho un llamado para que este 25 de junio las personas disidentes pudieran manifestarse y hacerse a notar ante un estado y una sociedad que aun considera que los derechos de las personas LGBTIQ+ son un tema a discusión, cuando la realidad es que son derechos fundamentales con bases en el respeto, la tolerancia y la empatía ante un grupo que por décadas ha sido excluido, discriminado, invisibilizado y violentado.
El acto más reciente de violencia contra las disidencias guatemaltecas se dio el 8 de marzo de este año. En dicha ley resultaba y aún resulta una amenaza para las personas de la comunidad, algunas de las propuestas de esta ley implican el reconocimiento exclusivo de los hombres y mujeres así nacidos, propuesta que vulnera a la comunidad trans, así mismo impone un único modelo de familia y criminaliza a quienes defiendan la libertad y los derechos sexuales y reproductivos.
El llamado hacia un pride diferente en Guatemala y en el mundo este año surge a partir de la necesidad de reconocer que incluso dentro de la comunidad se ha establecido un canon que favorece a un grupo hegemónico que no representa la diversidad de la comunidad y que está fundamentado en el patriarcado, la cis-heteronorma, el capitalismo, el colonialismo, y el racismo. Un pride diverso es un llamado a cuestionarnos dentro de la misma comunidad, reconocer que no puedes ser menos o más gay por no estar en el canon de belleza, no puedes ser más o menos trans por haber empezado o no tu transición y que no eres menos o más disidente si has o no has tenido la libertad de expresar tu identidad sexual y de género por tu contexto social, económico, familiar o cultural.
La zona rosa en la ciudad capital es una muestra de cómo la comunidad ha resistido y se ha visto en la necesidad de crear sus propios espacios seguros para mostrarse tal cual son sin tapujos y desafiando totalmente al sistema patriarcal y cis-heterosexual.
Cuando la marcha por la diversidad acabe este 25 de junio, no vamos a barrer el glitter, no vamos a volver a guardar las banderas, no vamos a bajarle a nuestras consignas porque la resistencia no termina, más bien persiste y resiste. Resiste por esta generación, por la que ya nos precedió, por aquellxs hermanxs que ya no nos acompañan y por esa generación que viene detrás de nosotros, por una niñez más libre, sin prejuicios y sin ataduras.
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Escrito por el Parlamento Guatemalteco para la Niñez y Adolescencia, integrantes del comité U-Report
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